martes, 9 de junio de 2015

La Inteligencia Artificial
Introducción:
La inteligencia Artificial nos relata como en los años cuarenta se pusieron a funcionar las primeras computadoras a las cuales se les llego a llamar  cerebros  electrónicos ya que podían hacer sumas. Esto hizo imaginar a la sociedad que en un futuro serian como nosotros los Humano, poblándose así la televisión el cine y los dibujos animados con caracterizaciones de robots.
La industria de la tecnología no dejo de evolucionar y en poco tiempo aquellos enormes aparatos se convirtieron en aparatos pequeños y prácticos convirtiéndose así en equipos indispensables en la actualidad.


Desarrollo:
¿Hacia dónde nos lleva la inteligencia Artificial?
La palabra Robot fue acuñada en 1921 por el escritor checo Karel Capek la cual ya ha dejado de ser  sinónimo de androides metálicos que van moviendo sus brazos como tentáculos mientras avanzan con sus rueditas siendo parte de nuestras vidas cotidianas.
En la actualidad el ser humano intenta reproducir el antiguo mito  de la creación. Así como según la Biblia, Dios creo  a Adán y Eva para no estar solo, ahora nosotros quisiéramos crear compañeros a nuestra imagen y semejanza del tipo que podamos interactuar con ellos y que sean útiles. Finalmente somos tristes soñadores queriéndole dar vida a estos Robots como Gepeto y su muñeco de madera 
En los años cincuenta el estadunidense Joe Engelberg construyo un prototipo y en la siguiente década vendió su primer robot útil. Pero realmente los robots dejaron de ser ficción en los años ochenta, cuando brazos gigantes se movían obedeciendo un programa predeterminado, causando así el desplazamiento de los obreros de las empresas automotrices de Japon. Y aunque la robótica tiene el objetivo de poner a trabajar a todas la maquinas en todas las áreas posibles esto es caro y complicado.
En los Estados Unidos han logrado crear un modelo que es capaz de caminar, captar el movimiento de una pelota en el aire y cacharla con su mano mecánica. Sin embargo, para ejecutar un movimiento tan sencillo, el costoso robot (que asemeja más a una maraña de alambres y pistones hidráulicos que a un humano) está conectado a varias computadoras que trabajan a su máxima capacidad intentando coordinar lo que detectan los “ojos” (varias cámaras de video) y el movimiento del brazo y la mano.

¿Puede la inteligencia ser artificial?
La inteligencia artificial (IA) puede definirse como el medio por el cual las computadoras, los robots y otros dispositivos realizan tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana. Por ejemplo, la resolución de cierto tipo de problemas, la capacidad de discriminar entre distintos objetos o el responder a órdenes verbales. La IA agrupa un conjunto de técnicas que, mediante circuitos electrónicos y programas avanzados de computadora, busca imitar procedimientos similares a los procesos inductivos y deductivos del cerebro humano. Se basa en la investigación de las redes neuronales humanas y, a partir de ahí, busca copiar electrónicamente el funcionamiento del cerebro. El avance en la investigación de las redes neuronales va ganando terreno a una velocidad espectacular. Entre sus aplicaciones destaca la poderosa computadora Deep Blue, que puede vencer a cualquier jugador de ajedrez: no sólo tiene gran cantidad de jugadas programadas, sino que aprende de su adversario, por lo que se va volviendo capaz de adelantarse a las decisiones de su enemigo y hundir sus estrategias antes de que prosperen. Esas redes también se han usado en los autos robot, que pueden circular por las autopistas a una velocidad normal con un excelente margen de seguridad, y de hecho han cruzado la Unión Americana de costa a costa sin que el conductor tuviera que tocar el volante o los pedales. Persisten dos problemitas: la cajuela continúa atiborrada de equipo y cuestan un dineral. Pero siguiendo esta línea de avance, es posible que en la próxima década sea común que en la central de autobuses una máquina pregunte al pasajero si desea viajar en un autobús conducido por un humano o guiado por computadora; este último servicio será más seguro y por lo tanto más caro. Se espera que en poco tiempo, imitando el funcionamiento de nuestro cerebro, las computadoras ya no tendrán un gran procesador, sino miles (y más adelante millones) de pequeños procesadores totalmente interconectados entre sí, lo que permitirá la maravillosa capacidad de aprender a través de experiencias recogidas por los “sentidos” de la máquina (cámaras de video, micrófonos, etcétera).

¿Qué podemos esperar en el futuro?
Se han hecho cuantiosas predicciones de lo que la aplicación de las técnicas de IA traería en el futuro; algunas podrían ser realidad en poco tiempo y otras parecen francamente especulativas. Echemos un vistazo: En el terreno de las computadoras personales, la velocidad de un procesador será enorme y no podremos agotar su memoria ni cargando ciclos enteros de cine ruso, que podremos ver doblados al español con una voz idéntica a la de los actores. Serán gobernadas con la voz: “Actívate”. Quizá ya no sean necesarios los monitores; unos anteojos inalámbricos de realidad virtual nos mostrarán cómo va quedando nuestro texto. Los teclados también serán tan obsoletos como ahora lo son las tarjetas con hoyitos; en vez de teclear, quizá podremos plasmar palabras en la memoria de la computadora con sólo imaginarlas, gracias a una discreta placa (chip) adherida a nuestra frente. Una voz agradable nos dirá al oído que hemos cometido un error de sintaxis y nos proporcionará, si lo deseamos, una lista de posibles soluciones. En lugar de usar el “ratón”, podremos manipular el texto (o el dibujo, o lo que sea) con el movimiento de nuestros ojos, que será detectado por un inofensivo rayo láser.

¿Pueden pensar las máquinas?
Se ha logrado dotar a las máquinas de información útil que pueden usar en un ámbito especializado, por ejemplo para recorrer una trayectoria de obstáculos y memorizarla o para ejecutar algunos procesos complejos, pero el pensamiento humano es otra cosa: nuestro cerebro posee aproximadamente 10 mil millones de neuronas y si todavía no sabemos exactamente cómo se interrelacionan para “pensar”, mucho menos podemos reproducir en una máquina ese proceso. Hay muchos aspectos que diferencian al cerebro humano de los sistemas desarrollados por la inteligencia artificial, entre ellos: ¿Pueden pensar las máquinas?
  • Las máquinas carecen de mecanismos intuitivos y se basan sólo en el método automático de prueba y error; por ello, no tienen la capacidad de reaccionar ante situaciones inesperadas ni la posibilidad de generalizar acontecimientos distintos. 
  • Las máquinas carecen de creatividad, aspecto hasta ahora totalmente humano. En las máquinas no existe una interrelación creativa, y los cambios de contexto no implican una modificación sustancial entre sus circuitos y programas; el medio circundante no modifica estructuralmente sus funciones.
  • La mente humana está provista de valores producto de la interrelación social; al carecer de aquéllos, las máquinas no pueden evolucionar o autoperfeccionarse.

¿Y qué pasa con  la gente?
Al parecer la inteligencia artificial promete un mundo fantástico, pero ¿realmente lo será? ¿Qué pasará, por ejemplo, con la enorme cantidad de seres humanos que no tienen acceso a la educación ni a la tecnología?, ¿qué pasara con las relaciones humanas y con la economía, con la enorme brecha entre ricos y pobres, entre desarrollo y subdesarrollo? No sabemos a ciencia cierta cuál será el futuro de la humanidad, pero sí sabemos que indudablemente cambiarán las relaciones de producción y quizá de comunicación. Es altamente probable, por ejemplo, que se agrave aún más el problema del desempleo; que se transformen radicalmente los conceptos de ocio y tiempo libre; que cambien las relaciones laborales entre patrones y trabajadores; que haya una revolución aún mayor en cuanto al acceso a la información y que se agudicen las diferencias entre países hacedores de tecnología y de aquellos históricamente dependientes. Es casi seguro que la inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico subsecuente estarán al servicio de una minoría. Si por el contrario, el desarrollo tecnológico –y específicamente la inteligencia artificial— se utiliza para lograr que todos en este planeta logremos un mejor nivel de vida en estricta relación con el medio ambiente, tal artificio será realmente inteligente.


Conclusión:
Sin duda, la tecnología o bien llamada inteligencia virtual nos ha sorprendido a lo largo de los últimos 50 años, proporcionándole a la industria y hasta una ama de casa la facilidad de desempeñar actividades o procesos que en el pasado eran muy complejos y tardados de  desempeñar, la inteligencia virtual nos ha llevado también a tener acceso a un aprendizaje mas explícito y virtual. La tecnología (inteligencia Virtual) no dejara de sorprendernos y seguirá rumbo a la mejora continua beneficiando a todo el mundo.



Reflexión:
Elegí este tema porque está muy relacionado en con el puesto que desempeño actualmente en mi trabajo, sin dejar de mencionar que gracias a la tecnología puedo tener acceso a continuar mis estudios a distancia como actualmente participo en el curso propedéutico para el aprendizaje autogestivo.

Para partir de este tema leí detenidamente el  tema La inteligencia Artificial, tome nota de los párrafos más interesantes y redacte un pequeño resumen de lo que más me llamo la atención.

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